Cachivaches : Frenesí.

Aquel día era la decimoquinta tarde de otoño. Caminaba rápidamente, buscando personajes detrás de cada una de las miradas con las que se cruzaba camino a su hogar.
Se preguntaba que sería aquello que conseguía tal frenesí en sus pensamientos, que sería aquello que no le permitía tocar el asfalto sin pensar que era una nube lo que la mantenía erguida.
Las palabras y los hechos parecían redactados sobre un cielo coloreado con los más puros tonos, dándole el sol un resplandor y centelleo únicos; un atisbo de magia iluminaba aquel día.
Sonreía a cuanta persona se le cruzaba.
Su vida siempre giraba en cámara lenta; en los días de lluvia se sentaba en el alféizar de la ventana tardes enteras sólo para ver a la gente pasar. Imaginaba llegar a conocer a estas personas y decirles que su caminar les parecía gracioso, atolondrado, interesante o cualquiera fuese su opinión. Porque ella sabía que se podía llegar a conocer mucho a una persona sólo por su manera de desplazarse por la ciudad.
Le agradaban especialmente los niños que parecían pasar por aquella calle tan concurrida desconectados del entorno, concentrándose tan sólo en soplar burbujas.
También le agradaban los hombres que lustraban zapatos, aquellos que escuchaban y comentaban con tanta paciencia y ánimo. Soñaba con ensuciar con barro sus botas negras sólo para contarle alguna historia a aquellos señores, pero parecía no tener ninguna.
Hasta ahora.
Tenía en su bolsillo la bolsa con cien gramos de chocolate que había comprado antes de que los acontecimientos cambiaran por completo aquella jornada.
- ¡Tome!-entregó rápidamente, casi en una centésima de segundo a una señora que vendía flores.
Continuó su camino, dejando atrás a las demás personas que intentaba analizar.
Las diseminadas nubes comenzaban a despejar el cielo, dando paso a la oscuridad, a las estrellas, a la luna. La gente le daba paso, observando su sonrisa y su apuro.
Corrió para alcanzarle.

-----------------------------------------------------------

...De verdad, estoy a punto de entrar a uno de esos talleres literarios sólo para que me enseñen a escribir finales decentes. Lo necesito. Eh... Quiero hacer publicidad, ya que no tengo mucho que decir.
Visiten Escarcha en los Zapatos de la Jirafa.
Mi querido nuevo blog que uso cuando no quiero subir algo a este.

Nandiú; zyrafa.

PD: No sé como me levantaré mañana para ir al colegio. Son las 23:38, creo la inspiración llega tarde. Ñaa. Chao c: